Entradas

Mostrando entradas de 2023

Como vivir congelada

Sentirse sola, como vivir congelada en medio de la gente, era para Isabella un invierno perpetuo en el que las palabras de los demás eran ráfagas heladas y los rostros a su alrededor eran copos de nieve que se desvanecían antes de poder tocarse. Cada día, caminaba entre las multitudes como una sombra que se desliza por un paisaje nevado, donde la blancura de la indiferencia envolvía su mundo. Sus días eran un eterno amanecer gris, donde las risas ajenas resonaban como ecos distantes y las conversaciones se desvanecían en el viento helado de la soledad. Isabella se sumía en la paradoja de sentirse rodeada y, al mismo tiempo, aislada, como si el frío de su propia tristeza creara una barrera infranqueable. Las conversaciones eran como ventiscas que pasaban por su lado, llevándose consigo cualquier intento de conexión. Aunque compartía el mismo espacio con aquellos que se llamaban amigos, la brecha entre ellos se ensanchaba como un abismo glacial. Los abrazos eran como caricias de hielo, y...

Relato del gato tardío

Y a veces aquel gato volvía de entre las sombras, se postraba en el muro y me miraba desde lo alto. Sus gestos eran pausados y una mirada penetrante que sólo pestañeaba en días de lluvia. No desaparecía en las noches más frías, ni en el níveo hielo. Incansable felino de ojos cálidos y mirada fría. Inmóvil; acechado por el interés del más mínimo movimiento, respiraba con el movimiento más lento, sutil y relajante que hubiera visto. Siempre me cansaba antes que él y cuando volvía ya no estaba. Hasta el día siguiente.  En las noches más enigmáticas, cuando la oscuridad se adueñaba de las calles y la luna tejía su manto plateado sobre los tejados, aquel gato regresaba. Aparecía silenciosamente, como una sombra que emergía de entre las grietas del universo, y se posaba en el muro con la solemnidad de un guardián de secretos. Sus ojos, dos faros encendidos en la penumbra, se encontraban con los míos en un intercambio silente de complicidad. Cada vez que lo miraba, sentía que sus...

Sueño recurrente

En las profundidades de la noche, Ana se sumergía en un sueño recurrente que la arrastraba a un rincón de su mente que desafiaba la lógica y abrazaba la oscuridad con la misma intensidad con la que buscaba la luz. Este sueño, como una danza entre luces y sombras, la sumía en un laberinto onírico donde los límites se disolvían y las emociones fluían como ríos de éter oscuro. Cada noche, Ana se encontraba de pie al borde de un abismo, mirando hacia la oscuridad que se extendía ante ella. Luces parpadeantes emergían desde las profundidades, como estrellas titilantes en la vastedad de lo desconocido. En su sueño, Ana sabía que esas luces eran las representaciones de sus miedos, anhelos y secretos más oscuros, y debía enfrentarlos para descubrir la verdad que yacía en el abismo de su alma. A medida que caminaba por el borde, las luces y sombras se entrelazaban en una danza hipnótica. La penumbra parecía acariciar su piel con susurros fríos, mientras las luces destellaban con promesas y reve...

El mundo de las hadas

Hace tiempo, mucho tiempo, en el cuarto reino de las hadas donde habita toda clase de ser extraño, de los cuales no abras escuchado hablar, ni podrías imaginar. Hace siglos, en el golfo de los antílopes donde ocurrió un romance entre un hada del viento y entre una hada del cielo, entre Darku y Atlanta, se interponían dos reinos que aunque pueden parecer parecidos son muy diferentes, pero el amor entre ellos es mucho más fuerte que cualquier barrera, cualquier persona o cualquier mundo. Todo empezó en el entérico mundo de las hadas. Un día oscuro y frió en el cual se podía contemplar el cielo de un color azul pálido y con las manos podíamos acariciar el viento que con sus frías brisas no dejaban de tambalear los árboles que cautivadoramente se escondían entre sus mismas ramas, los pegasos volaban despavoridos por el viento, y los unicornios corrían apresuradamente por la lluvia. Os hablo de la cuarta dimensión en la cual no se distingue lo real de lo irreal, lo grande de lo pequ...

Non est reversus

En la oscura quietud de la noche, donde las sombras danzan en un vals siniestro, se despliega la narrativa de un alma que vagaba entre el éter y la desesperación. La historia se tejía en el hilo del misterio, en un lugar donde los susurros de lo desconocido resonaban con la inquietante melodía de lo etéreo. "Non est reversus", susurra el viento entre los árboles centenarios, una sentencia que flota en el aire como un eco del más allá. Era la historia de un alma que había cruzado el umbral de lo tangible y había dejado atrás la luz de este mundo para adentrarse en la penumbra de lo desconocido. En la pequeña aldea de Eldoria, se contaban historias de la mansión en la colina, donde los susurros del viento adquirían forma y se convertían en sombras que caminaban entre las paredes de piedra. La mansión, conocida como "Umbravilla", llevaba siglos siendo testigo de secretos oscuros y despedidas que resonaban en la eternidad. La leyenda narraba que un hombre, Thaddeus Blac...

Cómo cocinar a la muerte y no morir en el intento

Es un plato que puede ser servido de muchas formas. Caliente, frío. Al principio, al final. Por sorpresa, premeditado. Puede ser plato único, pero no tiene por qué. Sea cómo sea el cocinero y el comensal, suelen ser dispares cuanto al momento y las formas. Mis pensamientos, ahora, son el oscuro reflejo de un alma atrapada entre las sombras de esta mesa de banquetes, donde el destino se sirve como un festín macabro. Me encuentro en la encrucijada de ser un comensal sin elección, un espectador silente en la tragedia culinaria de otro. ¿Cómo llegué a ser este observador impotente, destinado a presenciar el dolor ajeno sin poder aliviarlo? Mis manos, ahora inertes, solían tener el control del cuchillo y el tenedor de mi propio destino. Pero aquí estoy, atrapado en la espera de una inminente degustación de amargura. El plato, creado por las manos invisibles del destino, parece contener ingredientes de sufrimiento y desesperación. Cada bocado, un recordatorio de la fragilidad de las eleccion...

El amor profundo y salvaje

(Verso 1) Un amor profundo, salvaje como el viento, dos almas que se encontraron en el firmamento, en la oscuridad de la noche, bajo estrellas brillantes, se abrazaron en un lazo de sentimientos fascinantes. (Pre-Coro) Sus corazones latían al ritmo de la pasión, en este amor profundo, encontraron redención, sus besos como fuego, su abrazo como hogar, en este amor salvaje, encontraron su lugar. (Coro) Un amor profundo, como un río desbordado, salvaje y ardiente, nunca antes imaginado, sus almas se entrelazaron en un eterno abrazo, un amor profundo y salvaje, su más dulce lazo. (Verso 2) Como fieras en la selva, cazaban juntos los sueños, sus susurros de deseo, como secretos pequeños, cada mirada era un poema, cada caricia, un verso, en este amor profundo, el mundo era diverso. (Pre-Coro) Sus corazones latían al ritmo de la pasión, en este amor profundo, encontraron redención, sus besos como fuego, su abrazo como hogar, en este amor salvaje, encontraron su lugar. (Coro) Un amor profundo,...

El niño que viajó a la era medieval en sus sueños

(Verso 1) Un niño con ojos de estrella en el cielo, soñaba en su habitación, en su rincón anhelado, que en la era medieval había nacido, donde caballeros y dragones eran su destino. (Pre-Coro) Sus juguetes eran espadas y escudos de cartón, sus cuentos, leyendas de héroes de valor, en su imaginación, castillos se alzaban altos, y sus sueños, como alas, le llevaban lejos. (Coro) El niño de los sueños, en su viaje ancestral, en tiempos antiguos, buscando su ideal, una vida de aventura, en un mundo medieval, el niño y su imaginación, en un cuento especial. (Verso 2) Con su capa de tela y su espada de madera, el niño cabalgaba, sin temor, sin espera, en su mente, justas y torneos se desplegaban, y en cada página de historia, sus ojos brillaban. (Pre-Coro) Sus juguetes eran espadas y escudos de cartón, sus cuentos, leyendas de héroes de valor, en su imaginación, castillos se alzaban altos, y sus sueños, como alas, le llevaban lejos. (Coro) El niño de los sueños, en su viaje ancestral, en tie...

El pescador que se convirtió en pirata de sueños

(Verso 1) Un pescador al alba, al océano partía, sus manos curtidas, su alma ardía, cada día lanzaba su red con ilusión, pero en su corazón, latía otra ambición. (Pre-Coro) Soñaba con ser pirata, surcar mares sin fin, tesoros escondidos, un destino por seguir, en sus sueños, el pescado era oro y plata, un pescador de día, de noche, un pirata. (Coro) El pescador de sueños, anhelo en su mirada, navegar con los vientos, en busca de la alborada, la vida en el mar, un sueño por realizar, el pescador y el pirata, juntos en alta mar. (Verso 2) Sus ojos veían gaviotas y velas al horizonte, imaginaba batallas y tesoros en su monte, la rutina del puerto, la pesca y la brisa, eran solo un preludio para su gran odisea. (Pre-Coro) Soñaba con ser pirata, surcar mares sin fin, tesoros escondidos, un destino por seguir, en sus sueños, el pescado era oro y plata, un pescador de día, de noche, un pirata. (Coro) El pescador de sueños, anhelo en su mirada, navegar con los vientos, en busca de la alborada,...

La mujer del bosque y su amor inquebrantable

(Verso 1) Una mujer solitaria en el bosque profundo, donde los árboles altos eran su único refugio, una vida de soledad, bajo el manto verde, cuidaba la naturaleza, un lazo que no cede. (Pre-Coro) La gente del pueblo la miraba con recelo, decían que era una bruja, un oscuro anhelo, pero ella solo amaba lo que la rodeaba, la naturaleza era su amiga, su eterna llama. (Coro) La mujer y el bosque, en un abrazo fiel, bajo la luna brillante, en la noche de laurel, su corazón latía con la tierra y el río, la mujer y el bosque, en su mundo perdido. (Verso 2) Los animales del bosque eran sus compañeros, los ríos y las montañas, sus sinceros consejeros, las hierbas y las flores, sus aliados leales, la naturaleza era su amparo, en todos sus rituales. (Pre-Coro) La gente del pueblo la miraba con recelo, decían que era una bruja, un oscuro anhelo, pero ella solo amaba lo que la rodeaba, la naturaleza era su amiga, su eterna llama. (Coro) La mujer y el bosque, en un abrazo fiel, bajo la luna brillan...

Las niñas del bosque y los lobos de la luna

(Verso 1) Dos niñas en el bosque, en la tierra del encanto, donde los lobos grises eran su mágico manto, cabellos al viento, risas en la penumbra, jugaron con los lobos bajo la luna. (Pre-Coro) Fueron dos almas que se encontraron, en el corazón del bosque, se abrazaron, las fieras del bosque, su tribu y su amparo, bajo las estrellas, tejieron su relato. (Coro) Dos niñas y lobos, un lazo sin igual, en la noche silente, su lazo espiritual, la naturaleza los unió, en un cuento singular, dos niñas y lobos, en un mundo especial. (Verso 2) Las niñas aprendieron de los lobos a cazar, a escuchar el lenguaje de la noche al caminar, cada huella en el suelo, cada aullido en el viento, les contaba historias de su ancestral alimento. (Pre-Coro) Fueron dos almas que se encontraron, en el corazón del bosque, se abrazaron, las fieras del bosque, su tribu y su amparo, bajo las estrellas, tejieron su relato. (Coro) Dos niñas y lobos, un lazo sin igual, en la noche silente, su lazo espiritual, la natural...

Ritual nocturno de las brujas

(Verso 1) En la noche oscura, bajo el manto lunar, las brujas se congregan en un rincón singular, sus sombras danzan al compás del viento, misteriosas hechiceras, su poder es un portento. (Pre-Coro) La luna se alza, un faro en el cielo, y en el bosque oculto, su magia es un anhelo, las estrellas titilan, secretos susurran, mientras las brujas en su aquelarre conjuran. (Coro) Noche de brujas, embrujo ancestral, pócimas y hechizos tejidos en un ritual, en el caldero de sueños, en el fuego lunar, las brujas danzan, en la noche sin final. (Verso 2) Con sombreros cónicos y miradas de misterio, las brujas forjan encantamientos en el cementerio, el humo de incienso se eleva al firmamento, mientras invocan a los espíritus del viento. (Pre-Coro) La luna se alza, un faro en el cielo, y en el bosque oculto, su magia es un anhelo, las estrellas titilan, secretos susurran, mientras las brujas en su aquelarre conjuran. (Coro) Noche de brujas, embrujo ancestral, pócimas y hechizos tejidos en un ritua...

El cuervo

Cuervo en la penumbra, misterio en vuelo alto, plumaje nocturno, sombra en el asfalto, tu graznido profundo, eco de la oscuridad, nos envuelve en un canto de solemnidad. Posado en la rama, solitario y sabio, observas el mundo con ojos de mago, guardando secretos en tu mirar inquieto, como un poema ancestral en tu vuelo discreto. Eres símbolo de sueños y de tristeza, en tu plumaje negro, espejo de belleza, cuervo, en tu figura encuentro mi anhelo, en tu vuelo errante, en tu lamento, encuentro consuelo. En mitos y leyendas, protagonista fiel, tu presencia despierta el alma y el laurel, cuervo, ave de la noche y el día, en tu vuelo sombrío, hallamos poesía.

Entropia y caos

Qué tontería de respuesta. Las ideas se entrelazan en un baile frenético, como partículas en el torbellino caótico, de la mente que no cesa de crear, un universo de pensamientos sin cesar. La entropía se apodera de cada rincón, un caos que desafía toda razón, las palabras se mezclan, se desdibujan, como estrellas en la noche que titilan y fluyen. En este remolino de caos y creación, las ideas surgen como chispas de inspiración, una sinfonía de pensamientos en alarde, donde la lógica y el caos se abrazan sin parar. Y aunque pueda parecer una tontería, este tumulto de ideas es nuestra poesía, el arte de dar forma al desorden interior, un reflejo del alma en su eterno resplandor. Así, en este juego de entropía y caos, nuestros pensamientos fluyen como ríos audaces, y encontramos belleza en la confusión, creando poesía en cada canción sin razón.

El miedo que silenció los sueños

Y el miedo te detuvo. Y te comió el corazón. Y te hizo cerrar los ojos a lo que querías ver y los besos a lo que querías besar. Y así, en cada segundo que pasó desde entonces, te dejaste morir un poco más. Y llenaste tu vida de cosas plateadas y palabras huecas para distraerte de lo importante. Y así quedó tu deseo, pequeñito, escondido detrás de tu oreja, donde nadie podía verlo. Y nadie lo vio nunca. Ni siquiera tú cuando llegó el último día y la piel reseca y los ojos cansados no te dejaron volver a intentarlo" Y el miedo te detuvo. Fue como una sombra que se cernía sobre ti, una oscuridad que paralizaba tus pasos y apretaba tu corazón con garras heladas. En lugar de enfrentarlo, permitiste que se apoderara de ti, que se convirtiera en el dueño de tus pensamientos y emociones. Y te comió el corazón. Cada latido era una lucha contra la ansiedad que se agolpaba en tu pecho. Te aferraste al temor como si fuera la única realidad que conocías, y poco a poco, tu alma se fue marc...

El viaje de las casualidades

Dime dónde vas qué te acompaño, que se está haciendo largo este tiempo indefinido. Casualidad preferida. Consecuencias de haber sido mi accidente preferido. Volveremos a llenar este  vacío. "Dime dónde vas, qué te acompaño", susurré al viento, mientras miraba la carretera desplegándose ante mí como un río interminable. Las millas se extendían, pero mi compañía deseaba llegar hasta el fin de esa travesía incierta. Había algo en la incertidumbre de este viaje que me atraía, como si estuviera destinado a explorar lo desconocido. "Que se está haciendo largo este tiempo indefinido", reflexioné en voz alta, sintiendo cómo las palabras resonaban en el interior de mi coche. La vida parecía haber perdido sus límites, como si el reloj se hubiera vuelto loco y el calendario se hubiera desmoronado en pedazos. Pero en medio de esa indefinición, encontraba una especie de belleza. La casualidad se había convertido en mi compañera de ruta, y estaba dispuesto a abrazarla. "Casu...

El enigma del punto muerto

Pequeño y confuso punto muerto, en el vasto lienzo del universo incierto, donde el tiempo y el espacio se entrelazan, y las estrellas en el cielo se abrazan. En este rincón de la inmensidad, donde todo se vuelve una dualidad, la luz y la sombra danzan en silencio, mientras el misterio se vuelve intenso. En este punto donde todo converge, donde el alma y el cosmos se sumergen, las preguntas se multiplican sin fin, y en cada respuesta se encuentra un confín. Un punto en el que nos perdemos y hallamos, donde el sentido de la vida exploramos, un enigma en el que todos somos parte, una chispa en el vasto fuego del arte. Pequeño y confuso punto en el espacio, donde encontramos nuestro propio abrazo, en este punto muerto, donde nace el verso, exploramos el misterio, sin temor ni adverso.

La danza de la ciudad y la naturaleza

Los edificios a veces parecen que abran paso a los árboles y otras veces parece que los cierren. En el ajetreo de la ciudad moderna, la lucha constante entre la naturaleza y la urbanización se manifiesta de maneras sorprendentes. Los rascacielos de cristal y acero, con sus líneas afiladas y su imponencia, a menudo se elevan como murallas, como si intentaran encerrar la belleza de la naturaleza en un confinado jardín de cemento. Pero en otros momentos, es como si los edificios fueran simplemente marcos para la majestuosidad de los árboles que se alzan valientes entre ellos. Los balcones y las ventanas se convierten en miradores hacia un mundo verde y sereno que se niega a ser sofocado por la selva de concreto que lo rodea. En medio de esta dualidad, la ciudad se convierte en un escenario de contradicciones. En algunos lugares, la armonía entre lo construido por el hombre y lo creado por la naturaleza es evidente. Parques urbanos, terrazas verdes y jardines suspendidos ofrecen oasis de v...

Las risas y dudas de la poesía

Se reía de una supuesta poesía que no sabía si existía o era otra vez más una fantasía. La vida misma a menudo parecía una danza caprichosa entre lo real y lo imaginario. Cuestionaba si la poesía era la forma en que el alma se comunicaba en sus momentos más profundos o simplemente una ilusión que tejía en su mente. Imaginaria o no, decidió dudar, como siempre. La duda era su compañera constante, su manera de explorar los misterios que la vida le ofrecía. Cuestionaba cada palabra, cada emoción, como si estuviera desentrañando un enigma infinito. Pero no sin antes desear que fuera verdad. A pesar de sus cuestionamientos, anhelaba que la poesía fuera real, que fuera la esencia misma de la vida, la chispa que iluminaba sus días. Y aún pudiendo cumplirla, sabía que cada palabra, cada verso, era una expresión de su búsqueda interminable de significado. La poesía no era solo un medio para comunicarse con el mundo, sino también consigo misma. Cada verso que escribía era un paso más en el camin...

En un lugar tranquilo

Lugar apacible y en remanso, casi solo interrumpido por brisas de viento que bailan con los árboles, sonido de pájaros posados en calma, lluvias que acarician el lugar, lugar tranquilo lo llaman. Para quién es la paz cuando descansas en un lugar así, para ellos, para ti, oh alma errante, para mí. En este rincón sereno de la tierra, donde el tiempo se estira y se detiene, donde los sueños danzan en el aire, y la soledad se vuelve compañía. Un refugio para los corazones cansados, donde las penas se disuelven en susurros de hojas, y las esperanzas florecen como flores silvestres, en este rincón perdido de la vida cotidiana. Así, en este rincón de quietud y calma, encontramos refugio, consuelo y alegría, para aquellos que buscan la paz en lo sencillo, este lugar apacible, nuestro oasis en la melancolía.

El rincón de lo inexpresable

A veces desaparecía y viajaba a un lugar donde parte de mí jamás regresaba, quizá porque no era mío. Era un rincón del alma al que solo podía acceder en esos momentos de introspección profunda, cuando me sumía en el abismo de mis pensamientos.  Lugar sin guías aparentes, sin medidas ni alturas. Lugar de dudas. Era un espacio suspendido en el tiempo y el espacio, donde las certezas se volvían nebulosas y las incertidumbres se multiplicaban.  Conectar con un silencio que quizá durara por siempre y que nadie entendiera. En ese lugar, el silencio era un compañero constante, un silencio que parecía ser la voz de lo inexpresable, un lenguaje que solo yo podía comprender. Donde el dolor no sabes si existe, o si te reconoce, pero se muestra del mismo color que todo. El dolor, si es que existía allí, se mimetizaba con el entorno, se convertía en parte de la misma tela de la realidad, y era difícil discernirlo de la paz que también habitaba en ese lugar. No sabría explicar, categorizar,...

El amerizaje

Imagen
Sinopsis Amerizaje era la última tripulación autóctona conocida, en un mundo donde la vida había tenido que abandonar La Tierra hace ciclos incontables, lanzándose en un periplo sin certeza de retorno. Ahora, finalmente, las condiciones propicias permitían vislumbrar la posibilidad de regresar a un planeta habitable. Pero ¿Qué les aguardaba en ese retorno a un lugar que jamás habían experimentado?

Versos líquidos del cielo

 Bajo el manto gris del cielo, la lluvia cae con su elegancia, un susurro en las hojas, una danza de la fragancia, gotas de vida que pintan de frescura la mañana, la lluvia, musa etérea que en la tierra se desgrana. En su lenta caída, un río de cristalinos hilos, que en el suelo se entrelazan como versos sencillos, cada gota es un verso, una historia que contar, y en el lienzo de la tierra, su poesía se dejará plasmar. El aroma a tierra mojada despierta mis sentidos, como notas de un piano, en susurros compartidos, las calles se llenan de charcos, espejos de emociones, y el eco de los pasos se convierte en canciones. Los campos reverdecen, los colores más intensos, la vida se despierta con sus besos silenciosos, la lluvia es un regalo, un bálsamo para el alma, que nutre la tierra, y en el corazón, acalma. Así que celebremos la lluvia en su danza serena, un poema que cae del cielo, sin prisas ni condena, es un abrazo del cielo a la tierra, un amor sincero, la lluvia, esa poesía líqu...