Non est reversus
En la oscura quietud de la noche, donde las sombras danzan en un vals siniestro, se despliega la narrativa de un alma que vagaba entre el éter y la desesperación. La historia se tejía en el hilo del misterio, en un lugar donde los susurros de lo desconocido resonaban con la inquietante melodía de lo etéreo.
"Non est reversus", susurra el viento entre los árboles centenarios, una sentencia que flota en el aire como un eco del más allá. Era la historia de un alma que había cruzado el umbral de lo tangible y había dejado atrás la luz de este mundo para adentrarse en la penumbra de lo desconocido.
En la pequeña aldea de Eldoria, se contaban historias de la mansión en la colina, donde los susurros del viento adquirían forma y se convertían en sombras que caminaban entre las paredes de piedra. La mansión, conocida como "Umbravilla", llevaba siglos siendo testigo de secretos oscuros y despedidas que resonaban en la eternidad.
La leyenda narraba que un hombre, Thaddeus Blackwood, se aventuró a desentrañar los misterios que yacían en las profundidades de Umbravilla. Un erudito con una insaciable sed de conocimiento, Thaddeus creía que las respuestas a las preguntas más esquivas de la existencia se escondían tras las puertas de la mansión encantada.
Una noche de luna llena, Thaddeus cruzó los umbrales de Umbravilla, y la puerta se cerró tras él con un crujido que resonó como el veredicto de lo inevitable. Desde ese momento, el pueblo guardó silencio sobre lo que sucedió en el interior de la mansión, y el nombre de Thaddeus Blackwood se volvió un susurro prohibido.
Los años pasaron, pero la mansión en la colina continuó emanando una aura de desasosiego. Cuentan que, en noches de tormenta, las sombras en las ventanas parecen cobrar vida, como espectros buscando el regreso de un alma que "Non est reversus".
Eldoria guardó en su seno el misterio de Thaddeus Blackwood, un hombre que desafió los límites de la razón en su búsqueda insaciable. La leyenda persiste, llevando consigo la pregunta inquietante: ¿acaso Thaddeus encontró respuestas más allá de la vida o quedó atrapado en el oscuro abismo que él mismo desenterró?
Así, en las noches en que el viento susurra entre las sombras de Umbravilla, la aldea retiene el eco de una historia envuelta en el manto del enigma, donde el hombre y el misterio convergen en una danza eterna. "Non est reversus", un lamento que resuena como un suspiro perdido en la eternidad.
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