El viaje de las casualidades
Dime dónde vas qué te acompaño, que se está haciendo largo este tiempo indefinido. Casualidad preferida. Consecuencias de haber sido mi accidente preferido. Volveremos a llenar este vacío.
"Dime dónde vas, qué te acompaño", susurré al viento, mientras miraba la carretera desplegándose ante mí como un río interminable. Las millas se extendían, pero mi compañía deseaba llegar hasta el fin de esa travesía incierta. Había algo en la incertidumbre de este viaje que me atraía, como si estuviera destinado a explorar lo desconocido.
"Que se está haciendo largo este tiempo indefinido", reflexioné en voz alta, sintiendo cómo las palabras resonaban en el interior de mi coche. La vida parecía haber perdido sus límites, como si el reloj se hubiera vuelto loco y el calendario se hubiera desmoronado en pedazos. Pero en medio de esa indefinición, encontraba una especie de belleza. La casualidad se había convertido en mi compañera de ruta, y estaba dispuesto a abrazarla.
"Casualidad preferida", musité, pensando en todas las vueltas inesperadas que había dado la vida. Algunas de las mejores historias, las más significativas, habían surgido de momentos que parecían accidentes fortuitos. A veces, la vida nos sorprende de la manera más hermosa cuando menos lo esperamos.
"Consecuencias de haber sido mi accidente preferido", sonreí mientras pensaba en todas las elecciones que me habían llevado a este punto en mi camino. Cada decisión tomada y cada giro inesperado habían contribuido a formar la persona que era en ese momento. Y aunque había enfrentado desafíos y obstáculos, no cambiaría nada de mi pasado, porque había aprendido y crecido con cada experiencia.
"Volveremos a llenar este vacío", prometí a mí mismo. Aunque el camino pudiera parecer largo y el tiempo indefinido, sabía que cada paso me acercaba a un nuevo comienzo. El vacío que sentía en mi interior, la sensación de que algo faltaba, se llenaría con nuevas experiencias, nuevas amistades y nuevas aventuras. La vida siempre encontraba una manera de renovarse, y yo estaba dispuesto a abrazar cada momento con gratitud y entusiasmo.
Así, mientras la carretera se desplegaba ante mí, decidí disfrutar de cada curva, de cada sorpresa que el viaje tenía reservada. La casualidad sería mi guía, y las consecuencias de mis elecciones serían mi historia. En el tiempo indefinido que se extendía ante mí, encontré la promesa de un futuro lleno de posibilidades.
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