Pensar, actuar, sentir

No podía dejar de pensar una cosa, actuar haciendo otra y sentir una muy diferente. Eso la rompía por dentro a diario y a cada momento. Se sentía como en una habitación sin luz,  sin salida ni sonido. Y pensando eso, se preguntaba a sí misma sorprendida si aún sentía.

En algún lugar de su interior sabía que si, pero no sabía si ese mismo sentimiento de esperanza la hacía seguir en esa habitación. Desanimada veía pasar los días y sus sentimientos seguían fuertes, no se alejaban sino que los sentía más claros, pero no podía dejar de pensar una cosa y actuar haciendo otra. El sentimiento la rompía y su interior pesaba más y más.

Sabía quién podría abrir la puerta de esa habitación. Cada vez más oscura, más rota, más triste y más sola. ¿Acaso se lo merecía?

Cuando lo vio alejarse, entró en esa habitación. Al verlo tras la ventana, se empezó a romper y a darse cuenta. ¿Cómo puede sentir que sigue rompiéndose aún más? La puerta de la habitación se cerró de golpe. A oscuras, la tristeza le dolía, el amor en soledad, la rompía. 

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