Vueltas
Aquel gato dio más de dos y tres vueltas antes de sentarse. Creo que sabía que tarde o temprano lo tenía que hacer, que todos lo hacen, pero no estaba seguro de querer hacerlo, ni donde. ¿Acaso es raro eso? La cuestión, es que aparecieron dos gatitos que se acurrucaron a su lado sin dudarlo mucho. Él, impasible, no les apartó el calor y mucho menos la compañía. Pero sin ser gato, puedo decir, que su mirada estaba bastante más allá. Tranquilo y plausible miraba los coches pasar, la gente.. Y los gatitos lo miraban a él, e imitaban mirar al resto del mundo. Y sin pensarlo, su preocupación de si hacerlo y cuándo se había ido. Su respiración era sesgada y profunda, sus orejas asertivas y sus ojos verdes tocando otra dimensión. Sus pensamientos seguían atravesando la monotonía de la calle, y sus parpadeos casi hipnóticos danzaban en calma. Un frío viento envolvió la escena, y su cola comenzó a girar hasta que sin apartar la mirada del pensamiento dónde estuviera, se l...