Hermitaña a los treinta. Capítulo 1: Viaje

Nunca se se le pasó por la cabeza escribirle una carta, desde su casa, a partir de ahora, vería pasar los inviernos. En soledad, aislada de aquellas personas que apreciaba y habían formado su pasado, personas que seguirán en su día a día, y que recordará con agrado, dudas y melancolía durante el resto de su vida.


Siempre recordará el dilema que tenía con aquellos tres chicos, con los que nunca terminó de aclararse, hablar claro o expresar sus sentimientos reales. Por ello nunca sabrá qué pensaban, qué querían, ni pudo decidirse, ni pudo interpretarlos con claridad.
¿Quién le iba a decir años atrás que ella podría estar así? Su yo anterior, no se lo creería! 

Recuerda su primer amor, con indiferencia total. Aún tardío.. pasó largos años amargos. Tal vez por ello, ella ahora sea así, se lo plantea con vagueza e indiferencia también. Francamente.. no le importa, no se lo cuestiona.

Mientras termina de hacer las maletas.. hace limpieza de muchos recuerdos de aquella relación estéril. Aún así hay otros que guarda, para nada los guarda con ningún tipo de aprecio ni cariño, si no por que sí. Son recuerdos tontos, nada caro.. algún tique, entradas de cine, notas,.. cosas que ya no forman parte de ella para nada, pero ¿por qué tirarlas? No le producen ni frío ni calor, es fuerte y lo tiene claro. Cada vez tira más cosas, pero forman parte de su historia. De lo que a pasado o puede necesitar algún día, quién sabe? Para que borrar todas las pistas de aquella relación? No le ve la necesidad. En una caja, no le ocupan gran cosa.

Quien le diría que aquella relación que le ocupó tantas energías mentales.. hubiese sido una perdida de tiempo total. Ya que lo fue.. ¿por qué borrarlo? Son cajas que nunca se abren, no guardan nada útil.. y a la mente le pasan desapercibidas. Es sólo basura iconográfico de su historia. Que le recuerdan que ella lo hizo todo correcto y leal, con franqueza, se demostró a si misma que podía ser completamente honesta y fiel bajo las peores condiciones a una temprana edad.. así que.. en parte ese es su trofeo.


Ahora bien, si que recordará en todas las tonalidades posibles a aquellos tres chicos, y a algún otro que pasó por su vida con anterioridad.. pero aquellos chicos eran especiales para ella. A ellos y al resto de sus personas allegadas, sí que los echaría en falta. A muchos no los veía tanto como le gustaría, pero siempre ocupaban el lado bueno de su mente. Y eso para ella, significaba mucho.

Nunca lo dirá en voz alta, ni siquiera estando sola. Sí lo tuviese que escribir ella misma.. nunca lo haría. Para ella, plasmar algo en un papel, es muy intimo. 
Pero su mente.. su mente no se está quieta! A veces una mirada a una pared, un gesto, le vasta para claudicarse a si misma.
Por un lado, le echa la culpa a sus chicos, ellos tampoco son capaces de expresar ni aclarar nada.. estar en guerra fría mucho tiempo debería terminar en estallido.. pero a veces estar en tablas, se termina convirtiendo en una rutina peligrosa. Así que decide abandonar la partida.

Nunca podrá evitar sonreír cada vez que piensa que quizá no sea su fin. Que alguno no avanzará sin ella, e irá a buscarla. Es consciente de que no ocurrirá, justamente no son personas de dar esas sorpresas.. tal vez es por eso que no se a lanzado o que realmente ya no espera nada. Es franca, es realista y quiere seguir siendo leal a ella misma. No se traiciona a ella misma por no lanzarse, ni decidirse.. se lava las manos.. si. Abandona, fin del juego.. nadie irá donde ella va. Sabe que allí jamás encontrará a nadie, ni lo espera, ni lo busca.. y si aparece, tiene claro que lo rechazará. Se quedará con aquel trío de dudas como cartas en su baraja mental. Seguirá en contacto, posiblemente, se le haga duro, cuando vea que ellos sí rehacen su vida, la olvidan y avanzan.
No les guardaría ningún tipo de rencor ni nada, les tiene un aprecio especial, y son cosas naturales y lógicas. El tiempo da muchas vueltas, eso también lo sabe.

Resopla cada vez que retrocede a su niña del pasado, a que está claro que jamás pensaba que llegaría a los treinta sin pareja, sabe que no va a tener una sorpresa en el resto de años fértiles que le queda.. así que sin tener hijos propios.. nunca había soñado en casarse, pero si soñaba con compartir sus mañanas y sus noches.. ahora que no ocurrirá.. ve las cosas con una fortaleza y una empatía diferente. Ahora es ella y está sorprendida para bien. Y una parte de ella, es obvio que tiene curiosidad por saber cómo sería cómo madre.. de qué color tendrían sus niños los ojos, o si heredarían su pelo y alguna facción. Será otra duda para la que divertirse pensando desde su soledad.

En parte, no sabe por que, pero estas cosas le divierten. ¿Se a convertido en una espectadora de su propia vida? ¿Es totalmente invulnerable a la sociedad? Lo que está claro es que si todas las personas equilibradas o no, ansían buscar la felicidad. ¿Su felicidad es la soledad desde la duda y el recuerdo? ¿Qué clase de persona es? Está claro que ya no se determina, ni sabe nada. Sí hace años no esperaba terminar así.. reniega por completo a pensar en su futuro, en hacer planes con personas que aún no existen, ni siquiera a conseguido lograr muchos suyos propios.. así que vivirá su presente. Su soledad, no puede ser un obstáculo para lograr metas personas, así que puede ser el mejor acompañante.
Eso le hace caer en que quizá.. en un futuro podría volver a la ciudad? Se sentiría mayor, fuera de lugar, con sus recuerdos cambiados.. no sería volver, sería empezar.., no, no cree que lo haría. 

Quizá está tan tranquila, tan calmada.. porque espera que su vida le de algo bueno, algún premio.. no sabe por qué, pero espera eso.


Entre dudas de si hace bien o debería seguir jugando.. se da cuenta que ya a terminado de empaquetar todas sus cosas.. así que el siguiente paso es marcharse.

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