Ella

Aspecto desafiante, atardecer desde el balcón. Y ella sabe que a llegado el momento de aceptar.
Se encoge de hombros, entra a por una manta y una copa. Atardecer desde el balcón, no importa el frío, la lluvia.. Su copa no sabe a vino. Su copa sabe a diferente, sabe al atardecer que no decidió olvidar, perdonar o enfadarse.. su copa sabe a aceptación.

Su mirada está puesta en el Sol que se esconde, sus ojos no reflejan rencor, no enseñan amargura.. no van a haber lágrimas que acompañen la lluvia que entra tímida por el balcón. Su manta que la abriga no se mueve por el frío viento que acontece a un anochecer de invierno. Se mueve al son de los pasos que dará desde el desafío de salir sin rencor, de no caer, de gustarle dónde está y de no preguntarse más por qué y hacía dónde.

Y entonces ya no siente frío, tira la manta. Y entonces no le gusta peinarse, se suelta el pelo. Nota que no le gusta su vestido, se lo quita. La lluvia ya no es tan tímida y convierte la manta en suya.. su vestido lo atrapa  el viento, pero su pelo despeinado la seguirá siempre. Irá con ella más allá de ese balcón, sentirá con ella una  ; o más copas de vino. Nunca más sentirá estar despeinada, nunca más sentirá que su pelo le estorba. 

No se siente libre, se siente liberada.. la aceptación la desafía a vivir.

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