Shinrin-yoku

Desde cualquier sitio se podía sentir libre y así lo decidió ese día. Se imaginó deslizándose por la ventanilla abierta del coche, dejando atrás el asfaltó por un momento, a sus pies sólo brisa y montaña. Pisando descalza sólo un momento el caliente asfalto.. para sentirlo; sonriéndose a si misma.

Y como llevada por el viento, danzar frenética sobre las copas de los árboles, sumergiéndose en el bosque como si de un mar se tratara. Comunicándose con él a cada caricia desde cualquiera de sus sentidos.

Su vista envuelta en aquellos colores parecía ver más allá, sus pensamientos habían dejado paso a un movimiento acompasado, como atemporal, como propio, sereno y ligero.

Ella en ese momento era aquel bosque.

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