A mis espaldas; el viento
Me falta una cuerda para enloquecer,
no le llames al oído... ¡Ya no vive nadie!
Uno de los hilos que arrastro suelto,
se encara al pasado que me descabeza,
se enreda a mi cuello y me obliga a mirar atrás.
A mis espaldas, la noche y un saxofón,
mi cuello es fuerte, mi corazón toca la tierra.
Llámame loco pero este suelo me habla,
me pide que me arranque la piel...
¡Quiere hacerme entender, qué me hace
ser siempre tan idiota en algunos momentos!
Camino más rápido,
pero el suelo me habla.
Y se inunda de noche en agua,
agua que me inunda la garganta.
Corre un viento muy triste,
me salpica de mismísimas entrañas.
Y es que tengo algo tan triste...
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