Tu condena

La condena a muerte sigue existiendo cerca de ti.
Tu arrastras la tuya y condenas al resto.


Tu espalda condena a ese pobre en la calle, no de hambre, ni de frío.. 
de indiferencia y desprecio.
Tu giro de cabeza condena a ese perro que apalean,
su confianza se merma como se apaga su alegría.
Tus pasos sin pausa al ver a un gato herido, lo condenan,
al sufrimiento, a la soledad.


Condenas al animal que murió ayer para dar satisfacción a tu plato.. no respetarás su muerte.. no te dolerá tirar sus restos a la basura.
Su vida jamás fue digna. ¿Fue vida?
No conocerá el cariño y habrá venido sólo a un sufrimiento interesado.
El que usas para vestir y abrigarte se a desangrado sin que el dolor le permita entender.


Condenas a los que murieron de la forma más larga para que te veas bien frente al espejo.
Te condenas a ella cada vez que tu indiferencia se pone "guapa".

Cuantas vidas se habrá llevado tu vida.. cuantas te faltan?
Tus condenas a muerte son demasiado largas, demasiado crueles, injustas e innecesarias.


Levanta tú el propio cuchillo que le corta la vida en el matadero y sírvetelo,
traslada tu el cuerpo sin vida de aquel perro, despega al gato de la carretera; con tus manos.
Despelleja y despluma.. pero sobre todo vístetelo después de desollar.

Ata, entuba y quema los ojos y la piel de esos animales en jaula, cuando consigas uno que no pierda la piel, la vista.. maquíllate.

Sí algún día terminas en la calle y te giran la cara..
entonces tal vez un perro se acerque a abrigarte, un gato quiera entretenerte.. 
y posiblemente no tengas medios para colaborar en más muertes.

Tal vez entonces entiendas que las condenas a muerte.. sí son largas.

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