Conversaciones contigo II

Recuerdas cuándo perdiste derecho a tener nombre? Cuándo dejaste de ser digna? 
Recuerdas cuando renegaron a nombrarte, a llamarte, a saber que latías?


Miento. Conversaciones sin retorno, tu no parabas de hablarme, aún lo haces ahora y sigues consiguiendo lo mismo que ayer. 

Mí desesperación. Mí deseo. Que mis sueños sangren por ti  Tal y cómo antes sangraban mis dedos. Ahora sangran mis sueños..



Recuerdas cuándo olvidé tú nombre?

Las horas pasaban, sólo eran eso; horas. Con el tiempo fueron días, meses.. desconozco si ahora esos años han conseguido atrofiarme los dedos al no tocarte. 
Pero logra oscurecer mi sombra, hacerla sólida. Eso es malo? 


Dímelo tú, a ti te pasa lo mismo. Nos miramos cada día, me despierto; te miro. No logro encontrar tu rostro. Demasiado etéreo.  Sin duda tanto como a mí me gusta. 



Somos el sabor del perdedor, del melancólico, del mendigo, del inadaptado. No. Sólo somos fantasmas, que danzan cruzados, liados como almas que se encaminan hacia el celeste.




Confieso. No estoy mejor que sin ti. Sigo recordándote cada momento. Mis dedos siguen recorriendo cada uno de tus trazos. Es una lucha muda. Negra. Sabemos que ambos perdemos. Lo sabíamos al empezar y lo sabremos siempre. Pero eso nunca lo reconoceremos. 

Es imposible no nos salen las palabras. Imperspección. Desolación. Penumbra  Desasosiego. Y cómo no.. vuelta a empezar. 


Quiero reclamar tu voz, se que a ti te pasa lo mismo. Quieres la revancha quieres mis venas. Antes nos entendíamos, nos fusionábamos. Ahora sólo nos renegamos, deseando para mañana el encontrarnos. 

Sólo necesitamos dar un paso, acercarnos. Pero siempre es mal momento. Sí. Sin duda seguimos entendiéndonos a la perfección. 



Lamentamos más que nadie el tener esa brisa de desolación, esas ojeras de perdición.

Pero no queremos tocarnos de nuevo, sería perder esa brizna, ese lienzo de sueños quebrados.
Apagar la metamorfosis del dolor. Cómo. Ahora entiendo que eres parte de mí. No importa si recuerdo o no tú nombre. Quizá sea porqué nunca lo tuviste. Sólo importa que sigo recordándote, sigues latiendo en mi mirada, en mis gestos.


Otro día sin verte. Sin devolverte las palabras.

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