Unilateralmente
En la soledad más perezosa, no encontró lagrimas esa noche, aunque no encontró, no lo encontró. Pero si pensó en que esa soledad, esa falta de abrazo apasionado, de dónde nacían los besos ya formaba parte de su realidad. Que destrozada o no formaba parte de ella, le asustaba no saber por cuanto se quedaría, sobre todo desde hace meses que era cuando más la odiaba.. pero allí estaba ella, esta vez no se reía ¿tal vez por no verla llorar? o tal vez, porque hasta la soledad se compadecía. Si, parte de ella intentaba aferrarse a lo que seguía deseando, pero otra parte se curtía en el más absoluta de las dolorosas dudas. Porque hasta eso era menos doloroso que la posible y visceral verdad. Su amor por él seguía tan innegable como el jodido primer día que lo negó, como lo unilateral que sería.